martes, noviembre 28, 2006

En la región hay tres tipos de especies

CONAF CREA PLAN PARA PRESERVAR FLAMENCOS

De ocho mil ejemplares de flamencos andinos que nacían en la década de los ochenta en el Salar de Atacama, hoy se habla de 3.500 ejemplares descendidos cada año.

Por Valentina de la Cerda

Para asegurar el futuro a los flamencos andinos, la CONAF creó un programa de conservación paral llevar un registro de los animales que nacen cada año y así verificar que la especie, que actualmente se encuentra en estado de vulnerabilidad existencial, en mayor grado que los otros tipos de flamencos, está en un proceso de aumento de población.

Existen tres especies de flamencos en nuestro país: el flamenco chileno, el flamenco de games y el flamenco andino, que es la especie que se reproduce por excelencia en nuestra región, específicamente en el Salar de Atacama. El andino o llamado también parina grande, tiene costumbres más especiales, puede reproducirse en pequeñas cantidades y tiene la ventaja de insertarse sin mayores problemas en cualquier salar.

Los planes de conservación que tiene la CONAF para esta especie están dirigidos principalmente a la protección de las colonias en proceso de nidificación (postura de huevos). Estos planes consisten en salir a terreno para ver las primeras manifestaciones de la época de reproducción. Éstas pueden ser, los cortejos, la construcción de nidos, entre otros.

El encargado de recursos naturales, Nelson Amado, aseguró, “al hablar de que éstas aves se encuentran en una situación de vulnerabilidad, se está refiriendo a que están cercanos al peligro de extinción. Los flamencos se encuentran en esta situación debido a que las poblaciones tienen una distribución geográfica restringida y a que los huevos, en ocasiones, pueden sufrir un enfriamiento o una sofocación dependiendo la temperatura”.

Los flamencos ponen sus huevos en unas especies de conos truncados de 30 a 40 centímetros de altura aproximadamente. Si las condiciones de los salares se alteran, claramente no se van a reproducir, porque al secarse las lagunas no pueden construir sus particulares nidos en los cuales depositan un solo huevo. Si se pierde ese ejemplar se reduce bastante la posibilidad de que esa pareja tenga descendencia.

Claudia Ormeño, secretaria de Patrimonio Silvestre, afirmó, “en los últimos años hubo producciones interesantes que no se veían hace tiempo, que tratan sobre los 4 ó 5 mil pollos. En el año 2004 hubo una fecundación de 5 mil ejemplares en la laguna del Salar de Atacama. En cambio el año pasado sólo se habló de 3.500 pollos, una cifra bastante conservadora porque podrían haber sido más. Pero en general las cifras varían así normalmente, lo importante es que no halla un descenso con el paso de los años”.